martes, 10 de marzo de 2009

cosillas que leo....jardines de infantes....a ver?

Pensamientos incorrectos

Nuestra tortura criolla: adaptación de infantes

Por Rolando Hanglin Especial para lanacion,.com


Me encuentro por la calle con mi sobrino Javier, el típico padre joven que corre de un empleo a otro para mantener la casa, alimentar y educar a sus tres hijos. Lo veo como siempre pero peor: demacrado y exhausto.
- Estamos en un mes muy difícil - me explica - ...porque mi mujer y yo debemos ir todos los días, a las 8 de la mañana, al jardín de infantes, con nuestra hijita menor, Clara. Es la salita de tres.Debemos acompañarla para que el cambio sea paulatino. No podemos dejarla bruscamente con tantos desconocidos.
- ¡Pero Javier! Esos desconocidos son solamente otros diez o veinte niñitos de la misma edad y la maestra, seguramente adiestrada para manejar a criaturas...
- ¡No! La asistencia de los padres es obligatoria. Y no sólo la mamá. Los dos. La mamá y el papá.
Parece ser que, por tratarse de un colegio de gran categoría, los padres deben hacer esfuerzos adicionales, cuestión de merecer el honor de que sus niños sean admitidos en semejante institución. Yo pensaba -antes- que los colegios de mayor categoría brindaban mejores servicios y toda clase de comodidades.

Pero no. Se ha creado una nueva institución, denominada "Adaptación al Jardín de Infantes". Consulté a una estricta docente con treinta años de experiencia sobre este particular y me contestó con aire indignado: "¡Por supuesto! Esto está contemplado en el Reglamento Oficial de los Jardines de Infantes de la Provincia de Buenos Aires. Los padres deben concurrir junto a sus hijos y permanecer dentro del aula con ellos, compartiendo los juegos que la maestra vaya desarrollando, y así durante un mes..."
¡Un mes! En la vida de los pobres padres actuales, atosigados de empleos y obligaciones, un mes resulta eterno. He sabido que en algunos jardincitos alcanza con que vaya la madre, pero si ella no puede (porque es médica, azafata o costurera y debe trabajar como todo el mundo) deberá concurrir la abuela, o una tía, o el abuelo. ¡Alguien de la familia debe estar allí como referente adulto, para que el niño no llore!
Como los jardincitos no disponen de instalaciones para adultos, un abuelo de 70 años y 100 kilos deberá sentarse en esos sillines de miniatura y compartir el trencito, la ronda de los duendes o "la Escondida".

Cada vez que padres, madres o abuelos protestan contra este nueva institución, son severamente amonestados por las maestras jardineras, que son unas chiquillas de 20 años:
- ¡Señora, usted debe compartir la escolarización de su hijo! Esto no es un depósito de chicos...
- ¡Señor, usted no puede sacarse de encima a sus hijos de esta manera! Esto no es una guardería...
- ¡Señores padres, ustedes deben participar, deben interesarse en las vivencias de sus hijos!
¿Que sabrán estas muchachitas de lo que deben o pueden hacer los pobres padres, en un mundo que nos ha dejado sin tiempo?
Me dicen que en Chile no se hace ninguna adaptación. No lo consideran necesario. Tampoco en Canadá o en los Estados Unidos, donde la famosa adaptación es responsabilidad de los colegios y parvularios, en los cuales hay una proporción de diez alumnitos por cada maestra, con una asistente especializada en niños con problemas de aprendizaje.
¿Será un invento argentino, la adaptación?

Por de pronto, recuerdo haber llevado a mi hijo mayor a un jardincito (en España, hace muchos años) donde el pobre lloraba y pataleaba por no quedarse solo, es decir, sin su papá y su mamá. Pero la maestra me decía:
- Váyase pronto, señor. En cuanto el niño deje de verlo, dejará de llorar.
Hubo un tiempo distinto. Hubo otra forma de hacer las cosas. Mis padres nunca estuvieron ni cinco minutos en la Escuela Modelo Número 4 General San Martín de Ramos Mejía, donde cursé el primario, y mucho menos en el Colegtio Nacional de Buenos Aires, donde atravesé seis años de secundario. No estaba bien visto que los padres entraran a las escuelas. Tenía mal olor. O bien intentaban "acomodar al nene", o bien los habían convocado por una falta grave, merecedora de expulsión.

Recuerdo incluso que los adustos porteros del Nacional impedían la entrada de alguna mamá chismosa o padre entrometido, al que preguntaban secamente:
- ¿Qué necesita, señora? ¿A quien busca, señor? ¿Tiene audiencia con alguien?
Sencillamente, se partía de la base de que la educación era una responsabilidad de los docentes y estos se hacían cargo, tanto si el niño tenía tres años como si tenía quince.
Todos los seres humanos, cuando nuestra mamá nos ha dejado solos con la maestra del jardín, teniendo tres añitos, hemos llorado un rato. Y punto. A los diez minutos, antiguamente, se terminaba completamente la adaptación.
La familia impartía su magisterio en casa, a través del clásico dúo: la Ley en papá, la Ternura en mamá. Y en la escuela o colegio se aprendían cosas útiles y se afrontaba un mundo menos amable, más exigente. No era un depósito de niños ni una guardería ( o sí, ya que papá y mamá tenían que trabajar para alimentar a la prole, de manera que dejaban a los niñitos en manos confiables) sino una institución que se hacía responsable de educar a las personas para que pudieran vivir en sociedad.

Naturalmente, es duro para una maestra jardinera manejar a cinco o diez chicos de tres años que lloran al mismo tiempo. Hay que correr de un extremo de la salita al otro, con los nervios crispados y los oídos perforados, consolando a uno y aleccionando a la otra. Pero también es duro ser colchonero, violinista, policía u odontóloga. Sólo se trata de hacer cada uno su trabajo sin embromar demasiado al prójimo.

violencia escolar....que hacemos?

Carta a mis pares
No me discrimines por ser diferente a vos. No te burles si uso anteojos, mi vista puede no ser tan buena como la tuya. Si soy gordo o muy flaco, a lo mejor, mi sistema digestivo funciona diferente al tuyo. Si uso ortodoncia es porque no tuve la suerte que tuviste vos al tener los dientes parejitos. El hecho de que sea callado no quiere decir que no sienta; y si no respondo a tu violencia con violencia, no quiere decir que sea cobarde, sino simplemente que no me guste la violencia. Si tardo en entender algo y vuelvo a pedir que lo expliquen, no es que sea tonto, pero no todos tenemos el mismo nivel de entendimiento, y a lo mejor me cueste lengua pero puedo ser mejor que vos en matemáticas u otra materia.Y si prestás un poco de atención todos somos diferentes, por eso cada uno de nosotros somos UNICOS, con nuestros defectos y virtudes, únicos. Y así debemos aceptarnos. Y en vez de burlarnos de nosotros, tenemos que ayudarnos entre nosotros, para que todos caminemos juntos, y que nadie vaya adelante o atrás. Todos somos compañeros, y si bien ahora no nos damos cuenta, son muchas las horas de nuestras vidas que compartimos; y tienen que servirnos para crecer juntos y entre todos hacernos mejores seres humanos. Por eso, dejemos de lado las burlas. Con eso, solo conseguimos lastimar a alguien y hacernos más pequeños como personas.
Te propongo un simple ejercicio. Parate frente a un espejo. Y mirate, pero mirate bien, y vas a ver que no sos tan perfecto como crees. Pero seguí mirándote, esta vez a los ojos, fijamente a tus ojos, y pensá que clase de persona querés ser. Popular por ser el “bravucón” del grupo o alguien de quien los demás digan que GRAN SER HUMANO ES, sí, así con mayúsculas.

Y después de esto, cuando vuelvas a verme, reite de mí como siempre, o, lo que sería mejor, riámonos juntos de algo que realmente sea gracioso y no de otro compañero.Podemos lastimar, y mucho, con nuestras burlas. Se que no te das cuenta cuando estás del lado del que ríe, pero si alguna vez estuvieses de mi lado lo entenderías.Pero lamentablemente, a veces, cuando tomamos conciencia del daño que causamos es tarde para pedir perdón. El daño está hecho. La herida esta abierta y ya no podemos hacer nada para volver las cosas atrás.Esta carta, es lógico, no la escribí yo, seguramente las manos de mi mamá me habrán ayudado a hacerlo. Yo ya no puedo. Pero el dolor de la discriminación se fue conmigo.La muerte no me permitió decirte todo esto. Pero al menos si mi mensaje llega a vos, por favor, ponelo en práctica. No te burles de otros compañeros, no trates de lastimarlos.
Mi corta vida pudo haber sido mejor sino me hubiese encontrado con gente como vos. Yo solo quería ser tu amigo, es cierto, era tímido y callado, de pocas palabras, pero mi alma era enorme y tenía sentimientos aunque no supiera expresarlos.Hay muchos chicos como yo. No te burles de ellos, tratá de incorporarlos al grupo, no los separes, no los dejes solos. No les gusta la soledad, les gusta hacer amigos, pero no saben bien como hacerlo.

Te propongo algo: todos juntos hagamos posible que la violencia en las escuelas, no digo desaparezca, pero si que casi no exista.Por mí, por vos, por TODOS.-

Pablo Nicolás